Páginas

Buscar:

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Docentes...¡Indecentes!


A mi entender, si un docente (en cualquier nivel o modalidad educativa), es un ser de luz y con luces en las letras (valga la redundancia), con vocación y actitudes/aptitudes para facilitar nociones y conocimientos en procura que los estudiantes sean constructores de sus propias formas de pensamiento, para innovar y lograr transformaciones en todos los ámbitos societarios, incurre en una falla muy grande, en un craso error,  si por "x" o "y" motivo, procede a imponer su punto de vista, su perspectiva, su visión sobre el mundo y todo lo que conforma el biosistema terrestre, sobre la voluntad, iniciativas, habilidades y destrezas del estudiante.

Es incongruente, que un docente imponga, más no exponga saberes y conocimientos; y obvio que no es producente, porque no todo el mundo logra ver la casi redondez del planeta tierra, pues hay personas que lo ven achatado hacia los polos. Por otra parte, y háganlo por prueba…2 + 2 es = a 4…así como también 3 + 1 es = a 4 y 1+ 1+ 1+ 1 es = a 4. Cada quien pueda llegar a ese resultado matemático de la forma que mejor le parezca. ¿O no? Lo que si es errático es concluir diciendo que 2 + 2 es = a 4, incluso utilizando cualquiera de los ejemplos expuestos.


Muy aparte, con el más profundo de los respetos a las excepciones a la regla, me parece y no me cabe la menor duda, que el docente (repito: de cualquier nivel o modalidad), que se cree superior, inalcanzable, prepotente y casi omnipotente, y que en consecuencia, minimiza, desprecia y estigmatiza al estudiante de la forma más cruel y por demás negativa, no se merece el título en el área de las ciencias de la educación; y por ende, no se merece el respeto de los estudiantes, porque simple y llanamente, quien no respeta, no puede ser respetado.


Pero que malo vale, como abundan, aunque son muy contados los docente despiadados que al lograr titularse (hago las respectivas excepciones, por respeto a la gran mayoría), se les olvida que en otrora fueron estudiantes con potencialidades y limitaciones, con intereses y necesidades, con compromisos familiares y laborales, que quizás, en reiteradas oportunidades, los colocaron en un aprieto, ante las responsabilidades educativas, que fueron mancilladas involuntariamente, al tener que cumplir con una serie de responsabilidades personales y profesionales asumidas de manera intra y extra personal.


Como me gustaría nombrar a la docente que me conllevó a escribir esto, pero aún, apelo a su conciencia, a su humanismo, a su capacidad de empatía y a su solidaridad, en beneficio de un grupo de estudiantes de educación universitaria, entre los cuales ya se cuenta con la declinación de algunos(as), por las intransigencias de quien se cree una Diosa en el Sistema Educativo Venezolano.


Que lástima chica, que existan personas y docentes como tú, pero más lástima da, que dentro de la malla curricular, desde preescolar, hasta educación universitaria, no se profundice sobre el valor de la humildad. Que tristeza que éste caso se produzca muy particularmente en el contexto de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), que según fue creada, al igual que otras misiones educativas, para darle la oportunidad de estudiar a las personas que por razones diversas, no lo habían hecho hasta ahora. La educación es un derecho caramba, y debe darse en igualdad de condiciones, sin dilaciones ni excepciones algunas.


Sin embargo, me quito el sombrero, ante los docentes que son antagónicos a mis comentarios, que no es más que mi propia visión sobre lo que me rodea y observo, con mucha pero con mucha preocupación. Ojalá que éste escrito lo logren leer, las personas que laboran en los organismos que planifican las políticas educativas en la nación venezolano, y métanle la lupa al caso, porque quizás, sea sólo uno entre decenas, centenas, miles.


Ahí te lo dejo, mija..!