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miércoles, 8 de junio de 2011

¡Con sabor a Vinotinto!


Venezuela  es un país con un potencial bastante agraciado en lo que respecta a recursos naturales (renovables y no renovables) y un capital humano, digno de consideración y suficientes elogios, claro está, haciendo las respectivas salvedades, que son propias, teniendo en cuenta, la naturaleza dual de los humanos, que bien sea pueden actuar de manera positiva, tanto como negativa; situación ante la cual, existe el libre albedrío, y en consecuencia, cada quien y cada cual, sabe lo que tiene que hacer, por necesidad o conveniencia.

En esta oportunidad, quiero referirme al potencial deportivo que coexiste en nuestra nación, que puede y debe ser considerada como tierra promisoria, cuna de grandes talentos deportivos, desde tiempos pasados hasta la actualidad. En el caso que aquí compete, me quiero referir con el mayor respeto y orgullo, a la Selección Nacional de Fútbol, conocida oficialmente como la Federación Venezolana de Fútbol (identificada con las siglas F.V.F), llamada cariñosa y popularmente como "LA VINOTINTO": que de manera evidente, se constituye en el motivo que me conduce a escribir éstas líneas.

Nuestra VINOTINTO, ha dado grandes muestras de trabajo, esfuerzo, dedicación, y sobre todo, de trabajo en equipo. Es un significativo grupo de personas, en su mayoría jóvenes del sexo masculino, con diferentes edades, pero reglamentarias, de acuerdo a las normativas y exigencias dentro del radio de acción implícito. Este grupo de jóvenes venezolanos ha dado el todo por el todo, para hacer del fútbol, una plaza deportiva en nuestra nación venezolana y más allá de nuestras fronteras patrias; y para ello, ha contado con la ayuda de diferentes organismos e instituciones públicas y privadas, propias y foráneas, además del apoyo de un sinnúmero de venezolanos y venezolanas, de extranjeros y extranjeras, comenzando desde su personal directivo, hasta el más humilde de los seguidores.

A título personal, también pienso, sé, creo y siento, que deben proliferar aquellos y aquellas, que de manera despectiva se refieran a la VINOTINTO, especialmente en los casos de quienes prefieren todo lo que proviene del extranjero, lo que viene de afuera, lo que no nos pertenece directamente sino de manera indirecta, dicho así, porque considero que todo lo que hace el hombre, es un legado para la humanidad, que todos, sin distinciones de ninguna índole, debemos valorar o revalorizar. Sin embargo, soy de las personas que tienen como política de vida, asumir verdades, descartar mentiras, y muy intrínsecamente, prefiero ver el lado positivo de todos los que se encuentran a mi alrededor y de todo lo que sucede en mi entorno.

Dicho lo anterior, de manera contundente, hago público y notorio, mi apoyo a la VINOTINTO, aunque debo confesar en paralelo, que el Fútbol no es un deporte que me llame la atención; no obstante, mi actitud solidaria no es para con el deporte, sino para con los jóvenes y todos los y las que a través de esa actividad beneficiosa, enaltecen el gentilicio venezolano.

¡Arriba la VINOTINTO!...¡Arriba VENEZUELA!

jueves, 2 de junio de 2011

¡Las Mujeres de mi país!



Recientemente, tuve la oportunidad de ir a Maracay, Capital del Estado Aragua, en la República Bolivariana de Venezuela, dado que tenía que asistir a una rutina médica, para corroborar mi estado de salud actual. ¡Gracias a dios, estoy regularmente bien! Pero de regreso a mi pueblo: Villa de Cura, al subir a la unidad de transporte público (léase: Autobus), en el Terminal de Pasajeros de Maracay, resultó que cuando el conductor iba a comenzar su tránsito, un señor desde los asientos del fondo del autobus, expresó en voz alta: "Pare, pare, chofer, aquí hay una niña sola, su mamá se bajó y no ha subido". El chofer protesto (como que si le costaba mucho detenerse por un poco de tiempo más; pero todas las mujeres que se encontraban a bordo de la unidad de transporte colectivo, se pusieron todas de píe, como que si se hubieran puesto de acuerdo, y dirigieron su atención hacia la parte de atrás del autobus, pregúntandose unas entre otras: ¿En dónde está la mamá de esa niña?

Pues bien, en realidad, la madre que dejó a su hija sola en el autobus, no lo hizo con mala intención, pero creo que si, de una forma muy irregular y quizás hasta objetable, pero ella sintió la necesidad de comprar agua para sus dos hijos (la niña que dejó en el interior del bus, y el bebé que llevaba entre sus brazos). En honor a la verdad, fue un momento difícil de olvidar, por diversos motivos: primero, la tranquilidad de la niña que esperaba su madre, sentada en uno de los últimos puestos de la unidad automotor; segundo, la acción de la madre para comprar agua a sus dos hijos, exponiendo evidentemente a uno de ellos, ante cualquier actitud malsana de terceras personas; tercero, la respuesta actitudinal de las mujeres que a bordo del bus, se levantaron en masas ante el hecho suscitado; cuarto, la conducta irresponsable del chofer de la unidad automotor, quien se molestó cuando se le pidió que detuviera la marcha; y quinto, que la mayoría de los pasajeros mantuvieron la calma y colaboraron de manera incondicional, al ser pacientes y esperar que la situación se remediara.

De todo esto que relato, quiero enaltecer la naturaleza y condición de la mujer, de las mujeres venezolanas, y en esta ocasión, de todas aquellas que se encontraban en el lugar donde se produjeron los hechos dignos de ser destacados, porque de una u otra forma, reflejan el sentido humano de las personas en general (menos la del conductor implícito en lo sucedido); reflejan el sentimiento de la solidaridad ante una niña que eventualmente se quedó sola, osea, sin la presencia de su madre, representante o responsable. Considero, que con esto, una vez más, queda demostrado que la mujer venezolana, es una mujer con pantalones, con guáramo o como diría mi abuela: "Una mujer con los ovarios bien puestos".

Finalmente, creo que situaciones como esta no se deberían producir más. En el mejor de los casos, las madres, antes de subir a una unidad de transporte colectivo, que lleven a sus hijos consigo, deberían proveerse de lo necesario antes de hacer el abordaje respectivo; pero bueno, todo en la vida puede suceder, lo importante, y lo mejor de lo mejor, es que siempre se manifieste la solidaridad, la ayuda y el apoyo entre los seres humanos.

¡Que vivan las mujeres de mi país!