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martes, 22 de noviembre de 2016

¡Un asunto Cromosómico!

La generación del 58, no pensaba como pensamos ahora; y eso que, supuestamente ha avanzado la ciencia, la tecnología, y vivimos en una era digitalizada, pre modernista por cierto, porque considero que nos falta mucho para traspasar la línea de la postmodernidad. Aún falta que el televisor emita olores.

Creo que, no heredamos el mapa cromosómico de nuestros ancestros en el génesis de la era moderna. Creo que tampoco tenemos los ovarios y testículos necesarios de nuestros antecesores. Apenas somos ciudadanos en incubadoras, inmaduros no biológicamente, sino en otros aspectos, como el social, el económico y el político.

Sería bueno, que cada uno de los dirigentes políticos en la actualidad, se reunieran con personas que pertenezcan a la generación del 58, y conversen mucho con ellos. En mi caso, tengo en casa a mis padres, uno de 1940 y la otra de 1944. Mi papá con 18 y mi mamá con 14 años, vivieron una parte del período de Marcos Pérez Jiménez.

Mi papá recuerda cuando su papá (mi abuelo Amalio) líder adeco en sus tiempos, tenía que esconderse porque la Policía Nacional lo andaba buscando para vejarlo como ser humano y ciudadano, sólo por ser un opositor a Pérez Jiménez. También me cuenta mi papá, que cada cierto tiempo, la Policía Nacional allanaba su casa paterna y materna, buscando a su papá (obvio), y amenazaban a su mamá (mi abuela Lourdes) con cortarle los pezones, si no decía donde se encontraba su esposo.

Por cierto que mi abuelo nunca se enfermó mientras estuvo preso, como si se han enfermado Capriles, Ivan Simonovis, Daniel Ceballos, Antonio Ledezma, y Leopoldo López, entre otros; que para mí resulta curioso que los privan de la libertad y se enferman ipso facto.

Pues bien, a todos esos héroes y heroínas como mi abuelo Amalio, y mi abuela Lourdes, mi reconocimiento eterno, porque ellos son gestores de la democracia moderna en Venezuela. Ojalá, pudiéramos emularlos; ojalá tuviéramos sus cromosomas.

He dicho...

jueves, 10 de noviembre de 2016

¡Pobre Venezuela...Pobre!

Dolor e indignación da, entrar a una panadería y encontrarse con tantas personas pidiendo dinero y pan para poder llevarse un bocado a la boca...o para llevar algo de comer a sus hogares, donde les esperan familiares y hasta amigos...famélicos.

Hoy en la tarde, se me acercó un señor de mediana edad, pidiéndome que "por favor" (así me dijo: "Por favor") le regalara un pan; y en su rostro pude ver la necesidad.

También se me acercó un adolescente, con uniforme liceista, bajo las mismas condiciones; para pedirme que "por favor" le regalara un pan; y en su rostro también se le notaba la necesidad.


No sé si será parte de mis loqueras, pero me doy cuenta de las circunstancias sobre las cuales las personas piden en las calles. En la mirada, en la voz, y en la forma de dirigirse a uno, se nota. ¡Saben! El que va a robar no le dice a uno: "Por favor, quédate quieto, que te voy a atracar" Quien actúa con vandalismo tampoco se dirige a uno con el "Por favor" en la boca.

Además, si a mí me ha tocado verle la cara al hambre, porque voy a dudar que otras personas vivan situaciones iguales o peores que las que me ha tocado vivir a mí.

¡Que pobre rico país...que rico pobre país! ¡Que triste la gente con su hambre, sus necesidades, sus penurias! ¡Que desgracia con esta revolución! ¡Que revolución tan miserable!

Amigos chaveros: ¿No les da pena decir y creer que todo está bien? ¿No les da pena decir y creer que Venezuela ahora es mejor que antes? ¿No les da pena vivir en medio de tanta miseria y calamidades? ¿No les da miedo vivir en medio de tanta delincuencia, inseguridad? ¿No les da dolor el estado deplorable de las calles? 

¿No les afecta el problema con el mal servicio de la empresa gestora de la energía eléctrica? ¿No les afecta las falas de internet? ¿No les afecta que no haya agua por sistema de tuberías? ¿No les da lástima y autocompasión, ir a un hospital y que no haya ni una aspirina? ¿No les da lástima ir a un supermercado y no poder comprar como antes? 

¿No les da pena el desmejoramiento de la calidad de la educación formal? ¿No les da pena el desempleo? ¿No les afecta que la ropa, el calzado, los productos de uso personal, estén tan costosos, o no se consigan? ¿No les da pena los bachaqueros? ¿No les afecta el costo elevado de los electrodomésticos y dispositivos electrónicos de alta tecnología? 

¿No les da pena vivir dependiendo de una beca del gobierno? ¿No les da vergüenza que los rojos rojitos enchufados, les digan que el capitalismo es malo, que ser rico es malo, pero viven como jerarcas? ¿No les da pena la burocracia, la corrupción? ¿No les afecta el alto costo de la vida, la inflación, el acaparamiento, el desabastecimiento? ¿No les duele el país? ¿No les duele Venezuela?

He dicho...

lunes, 7 de noviembre de 2016

¡Docente...decente!

Desde mi perspectiva, ningún docente, de ningún nivel educativo (y obviando el inicial), puede llegar el primer día de clases o cualquier otro, diciéndole a los estudiantes al entrar al aula: ¡Que a él o ella, no le pasa la materia nadie! ¿Qué es eso vale? Obviamente, si los estudiantes estudian pasan su materia porque sí, y no hay nadie que lo pueda impedir. Los estudiantes tienen derechos y pueden hacer que valgan de aquí a Tucusiapón. Ningún docente es dueño del conocimiento. El conocimiento no es propiedad de estos(as). Así que, es un error garrafal, el de aquellos y aquellos que proceden de manera tan poco ética.


El deber ser de un docente, desde mi concepción pedagógica, sin ser bachiller de la República Bolivariana de Venezuela, debería ser el siguiente:

1.- Aplicar el formalismo de cortesía: "Buen día, Buena tarde o Buena noche".
2.- Saludar: ¿Cómo están, estudiantes?
3.- Presentación Personal: "Yo soy Jesús Efrén Córdova".
4.- Ofrecer apoyo educativo: "A partir de hoy, pueden contar conmigo para hacer más ameno el proceso de aprendizaje, y quedo de ustedes a la orden, para aquello en lo que les pueda servir, manteniendo las normas de cortesía y respeto ciudadano". ¡Bienvenidos!

¡Pero no! Todo parece indicar que la cortesía y el respeto se fueron de vacaciones colectivas indefinidas o están de paro.
Amigos docentes, eviten que el título se les haga nubes en el cerebro. Conserven la humildad, y sobre todo, mantengan siempre presente la pedagogía.

He dicho...

domingo, 6 de noviembre de 2016

¿Y por qué con ell@s?

En distintas oportunidades he escrito y publicado artículos a través de este blog, haciendo referencia sobre un tema, que siempre ha sido motivo de preocupación para mí. Pues bien, antes de continuar, quiero citar una frase de Mahatma Ghandi, y a partir de allí, una vez más me pronunciaré sobre una temática que me resulta muy particular, delicada y sumamente triste.

Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales.
(Mahatma Ghandi)

Ciertamente, en una sociedad, donde los ciudadanos no tienen conmiseración con los animales, no se puede esperar nada bueno en el contexto del plano terrestre; y aunque a muchas personas les cueste admitirlo, los animales también son hijos de Dios; dicho y entendido así, para quienes creemos en Dios, como una fuerza creadora; para quienes no creen, no merece la pena el esfuerzo en un debate.

¡Pero bueno, al grano! Me preocupa el abandono de los perros(as) y gatos(as) en las calles, como consecuencia de las acciones que asumen las personas, a raíz de la situación país, que a la mayoría de los habitantes de Venezuela, nos aqueja de manera abrumadora, porque ciertamente las oportunidades para alimentarnos bien, son escasas y hasta nulas, en algunos casos.

La excusa de las personas, que abandonan a sus mascotas, es que no tienen las posibilidades económicas para darles de comer, pero al abandonarlas en la calle, les condenan a no poder comer ni siquiera una sola vez al día, o por lo menos, cuando la suerte así se los permita. En casa, a nuestro lado, pueden por lo menos, comer algo de lo que a bien dispongamos compartir de nuestros propios alimentos. Entre humanos dicen, que donde comen dos, comen tres; entonces porque no puede ser igual, con los animales...o mejor dicho, entre humanos y animales.

Amigos, amigas, recuerden que para los animales domésticos, como l@s perr@s y l@s gat@s, sobre todo cuando los tenemos desde pocos días de nacidos o pocos meses, después de sus nacimientos, nosotros los humanos, representamos para ell@s, su familia más cercana; y al abandonarlos en las calles, los condenamos a vivir sin el amor que solemos darles, y a enfrentarse a los peligros de vivir en un ambiente al cual no están acostumbrados.

Ell@s no se merecen una vida callejera, no se merecen tanta ingratitud, y repito, donde comen dos, comen tres, incluye a tu mascota, poquito, pero bendito, como dicen...y si no se puede, bueno, por lo menos intenta darlos en adopción o llevarlos al un albergue para animales, para que personas conocedoras del tema, ayuden a buscarle una solución a la problemática social, aquí abordada.

He dicho...

¡En este país, tu país, mi país!


A mí me gustaría vivir en Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU), pero no es como consecuencia de la situación país actual. Es un deseo manifiesto desde hace muchísimos años. Es más, aunque me digan loco (otra vez), mientras duermo, en mis sueños, me veo en ese país, feliz de la vida, e incluso, entiendo el idioma de las personas, cuando estás me hablan; mientras que las imágenes en mi subconsciente, son espectacularmente nítidas.

Ahora bien. En la actualidad, escucho y veo a muchas personas que se van de Venezuela, por causa de la situación país; y puedo entenderlo, es más, no lo critico. Sin embargo, hay algo que me llama la atención. Muchas personas que visitan o se residencian en otros países, al regresar hablan maravillas...sólo maravillas, como por ejemplo, que en tal país, uno no puede "comerse la luz roja del semáforo" (así decimos aquí: "Se comió la luz"), no se puede dar la vuelta en "U", y hay que respetar las normas, por ende.

Entonces, yo me pregunto: ¿Acaso en Venezuela no debe ser igual que en otros países? ¿No es necesario respetar la luz roja del semáforo, y circular sólo cuando la luz verde lo indique? ¿Acaso no es necesario evitar dar la vuelta en "U" en lugares no permitidos? ¿Cuál es la diferencia entre las normas de otros países y las normas de Venezuela? ¡Caramba! Creo que no existe diferencia alguna; pero lo que sucede es que en otros países, los ciudadanos sí respetan, las leyes se hacen para cumplirlas y los organismos rectores de la jurisprudencia hacen cumplir las leyes, a todos por igual. Tan sólo es un ejemplo.

¡Entonces, la diferencia es usted amigo venezolano, amiga venezolana, extranjeros y extranjeras residentes en Venezuela.! ¡Definitivamente, el problema es usted, soy yo, somos nosotros, los habitantes de este país! ¡Pues claro! Aquí tenemos al amigo que trabaja en Tránsito y con sólo llamarlo y hasta mojarle la mano (darle dinero), salimos del paso y aunque irrespetemos las señales de tránsito, quedamos libres, sin pagar multas y debiéndole una al pana de tránsito que es tremendo irresponsable y alcahuete.

Lastimosamente, estoy convencido que este país no va a cambiar, porque en definitiva quienes deben cambiar son los ciudadanos; y con mucha tristeza me he dado cuenta que no será así, por tiempo indefinido. Estamos siendo consumidos por los antivalores, los pecados capitales nos carcomen; nos gusta "la papaya" y no tenemos identidad nacional. Mientras sigamos por ese camino, vamos rumbo a un caos total, desde el cual, será muy espinoso el retorno a la cordura, a la ética, a la moral, las buenas costumbres y del deber ser.

He dicho...