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miércoles, 25 de diciembre de 2013

¡Niño Lindo!

Hoy, es una ocasión muy especial, considerando que siendo el año 2013, una vez más concelebramos el advenimiento del Niño Dios sobre la faz de la tierra; es decir, la entrada al plano terrestre de Jesús, el Hijo de Dios, y de María, la mujer elegida por el padre santo, en tierras de Nazareth. ¡Enhorabuena por la fecha y lo que en este día, los católicos conmemoramos.

En éste tiempo, en ésta época del año, se habla de la navidad o natividad, del nacimiento de un ser humano que llegó a la tierra para cumplir una misión de vida, con objetivos y metas específicas; pero que por encima de todas las cosas, vino al plano terrestre para instaurar el amor, la paz, la fe y la esperanza, entre las personas más pobres, más desposeídas, más necesitadas.

No obstante, dado el carácter religioso de la ocasión tácita, la mayoría de las personas, han hecho de la misma una fiesta pagana, donde lo material abunda, y escasea lo espiritual. La mayoría de las personas han hecho del nacimiento de Cristo Jesús, una celebración para satisfacer placeres mundanos, alejándose por completo de la esencia de la natividad del hijo del padre celestial.

No estoy haciendo una crítica, de hecho, no soy quien para criticar, porque no tengo la moral (tengo pecados en abundancia, he cometido errores y he tenido muchos desaciertos), pero por lo menos, procuro respetar tanto las fechas del 24 y 25 de Diciembre y el período de Semana Santa, porque pienso muy particularmente, que en ambas oportunidades, debe prevalecer más lo espiritual, que lo material.

Entiendo que cada quien y cada cual, asume cada evento o situación de la vida, de forma diferente, y es normal, porque todos somos diferentes (me incluyo); y lo necesario en el mejor de los casos, es ser tolerante, pero eso no impide a la vez, que se pueda hacer un llamado a la reflexión, con relación a lo que es y representan algunas festividades católicas para la humanidad. Ya para lo mundano, lo pagano, tenemos el Carnaval.

De todas maneras, de una u otra forma, errado o no, no me queda más que hacer un llamado a la conciencia hacia las personas de buena voluntad (con moral o sin ella), pero advierto que es fundamental, no alejarse de los principios, de la ética y la moral en cuanto a religiosidad se refiere; independientemente de la religión o la iglesia en la cual cualquier persona haga vida activa.