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domingo, 2 de agosto de 2015

¡Entre médicos!


A veces, cuando leo o escucho a muchos venezolanos hablar mal de los médicos cubanos, es que me doy cuenta de lo endeble que suele ser la gente, con relación a posiciones racistas, xenofóbicas y políticas. Sin embargo, antes de proseguir, quiero dejar claro que, mi intención no es generalizar sobre la temática que abordo.

Yo no voy a cuestionar -de acuerdo a lo que piensa y dicen muchos- la formación académica de los médicos venezolanos versus los médicos cubanos, porque carezco de los conocimientos de causa, para hacer un diagnóstico comparativo al respecto. Tampoco cuestionaré la ortografía de los médicos cubanos, considerando a priori, la de muchos docentes venezolanos, y por ende, de muchos médicos de mi país; porque para empezar, si el docente erra en su ortografía, erra con la ortografía de los estudiantes (entre estos, futuros médicos); y lo que es peor, si el docente tiene mala ortografía, como enseña y corrige a los estudiantes.

Pero, si puedo establecer diferencias entre el trato de los médicos venezolanos y los médicos cubanos con relación a los pacientes o usuarios (como quieran denominarlos), y puedo asegurarles que me refiero a procederes que distan mucho, el uno del otro...y les expongo mis razones para considerarlo así:

Me ha correspondido ir a consultas médicas, en donde los galenos sentados en su silla, detrás de un escritorio, me preguntan qué me pasa, cómo me siento, qué síntomas tengo, y ni siquiera se levantan de la silla para colocarme una mano sobre la frente, en el cuello o sobre mi brazo o mano, para constatar si tengo fiebre. Incluso, he llegado a pensar que el estetoscopio terciado en el cuello de los médicos, es un adorno o un ícono clasista y de poder. De vaina te ven a los ojos, porque están es pendiente del selfie o el mensaje vía móvil. Te dicen más o menos cual es el cuadro clínico, te hacen el récipe con el tratamiento médico a seguir, y chao pescaoooo...rara vez tienen un medicamento para ofrecer a las personas de escasos recursos.

Diferencialmente, con los cubanos es todo lo contrario. Al llegar a la consulta, te saludan como que si te conocen de toda una vida, te preguntan las razones de la visita al centro hospitalario, te piden datos personales (aparte del nombre, cédula, dirección y teléfono) interesándose en saber donde uno trabaja, con quien vive, etc. Ellos(as) si se levantan de sus sillas y traspasan la barrera del escritorio. Te revisan hasta la peeeeepaaaa de los ojos, siendo minuciosos en sus procederes. Luego, antes de finalizar la consulta, le explican detalladamente a uno, el posible cuadro clínico, el tratamiento a seguir y solicitan que se regrese a consulta pasados ocho días o en caso de una urgencia. Ahh y si tienen alguna de las medicinas al alcance, te la ofrecen de manera muy gentil.

Al final, yo no me atrevo a hacer una comparación sobre la capacidad profesional de los médicos venezolanos versus los cubanos, basándome en la ortografía de éstos, porque a mí me puede aliviar un dolor de cabeza, un "Aceaminofen" escrito con "c", al igual que lo hace un "Asetaminofen" escrito con "s"; y sí debo hacer una comparanza sobre la formación y capacitación entre ambos (médicos venezolanos y cubanos) sin titubear apelo a las estadísticas del sector salud en ambos países: Venezuela y Cuba. Lo grave, después de todo, sería errar en el diagnóstico y en el tratamiento, y la realidad refleja desaciertos tanto en los médicos venezolanos, como en los cubanos y de otros países.

A titulo personal pienso y creo necesario que todo profesional debe tener una buena caligrafía, ortografía y redacción, pero de no ser así, no puedo medir su capacidad como profesional, ya sea en el sector salud u otros en el contexto societario. Pero como siempre lo digo, lo repito: ¡No es mi intención generalizar! y definitivamente, es una posición personalizada la mía, que en nada debe interferir en la de quien pueda leer, esta o cualquiera de mis publicaciones.