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miércoles, 28 de octubre de 2015

¡¡¡Ausentes, pero siempre Presentes!!!

   Dedicado a mis hermanos ausentes:
Marco Vinicio y Andrés Eduardo Córdova Aponte


Hoy, hace 41 años, a partir del fallecimiento de uno de mis hermanos (el tercero en la línea de procreación), supe que era la muerte, con tan sólo sietes años de edad, pero claro, en aquel entonces, no entendía muy bien que era lo que estaba pasando, y al ver a mi hermano en aquella cajita blanca, no sabía que jamás lo volvería a ver (yo fui muy inocente hasta los 9 años aproximadamente).

A mi hermano Marco Vinicio "Vini", lo extraño desde hace 41 años. Cuando partió, apenas iba para dos años de edad. Siempre me he imaginado como sería en el término de su niñez, en la adolescencia, en su juventud, y en el resto de las etapas que se corresponden con el desarrollo de la vida humana. Cada fecha de su cumpleaños y en una fecha como hoy, así como todos los días de mi vida, lo recuerdo en lo poco que pudimos compartir; pero mi amor por él sigue siendo grande e infinito.

Hermano Vini, sé que algún día nos volveremos a reencontrar, nos volveremos a ver, para darnos todos los abrazos que no pudimos darnos, para compartir todo lo que no pudo ser, por tu pronta partida del plano terrestre; para estar juntos de nuevos, como hermanos, como siempre lo he querido y no pudo ser posible.

Hoy también, se cumplen 10 meses de la partida física de mi hermano Andrés Eduardo, mi hijo-hermano, porque yo lo críe durante sus primeros 6 meses de vida (mi mamá no podía hacerlo), y hasta los 17 años, estuvo a mi lado, en las buenas y en las malas, hasta que se enamoró y se independizó a su manera.

Con Andrés Eduardo (Andresito), mi hermano menor, si pude compartir 28 años de mi vida. Son más las vivencias y experiencias compartidas con él, en las buenas y en las malas -repito- pero a diferencia de mi hermano Vini, su ausencia la asumo desde otra perspectiva, que me duele más, quizás, por lo vivido y compartido juntos; con Vini fue muy poco, pero aún así, igual duele su ausencia.

Me ha costado mucho aceptar lo de Andrés. No lo aceptó aún; y me he encerrado en mí mismo. Ya no soy el mismo de antes, no quiero ir a ningún lado, no quiero estar en lugares ruidosos. Mi familia dice que debo ir a un especialista, un psicólogo o psiquiatra, y yo en el fondo me pregunto: ¿Pará que?, si no me ayudarán a olvidar. Y aunque me ofrezcan métodos, técnicas, alternativas, nunca podrán hacerme olvidar aquellos últimos momentos al lado de mi hermano, persuadiéndolo para que no se quitara la vida. ¡Nooooo! Nadie ni nada, me hará olvidar eso que tanto me duele.

¡¡¡Hermano Andrés!!! Sé que sabes cuánto te extraño y te necesito aquí en casa. Sé que sabes que tengo 10 meses llorándote todas las noches antes de conciliar el sueño. Pero no puedo sabes, no puedo dejar de pensar, de sentir y de actuar como hasta ahora lo ha provocado tu repentina, drástica y triste partida. ¡¡¡No la acepto chico, y punto!!!

Yo siempre decía, que si tenía que morir, la mejor manera sería dando vida después de mi vida (donación de órganos) o salvándole la vida a alguien, pero no para ser un héroe, sino para justificar la muerte...pero ninguna de las dos opciones han sido posible. No puedo donar, porque soy sobreviviente del cáncer, y cuando se me presentó la oportunidad de salvarle la vida a alguien, a mi hermano específicamente...¡¡¡Nooo puuudeee!!! ¿Cómo creen que me siento? quienes critican mi dolor y mis publicaciones al respecto.

El mundo se me puso al revés vale, la alegría en mi vida, se fue de vacaciones, aparentemente sin retorno. Una de las personas que admiraba, de la noche a la mañana (para decirlo fácil), decidió una salida trágica, y no es fácil aceptarlo en un trillar de dedos. ¡¡¡Nooo valeee!!! No tengo suelo donde apoyar mis pies, y en el aire, no encuentro rumbo, ni sentido!!! ¡¡¡El dolor me está matando!!! ¡¡¡Me consume como una enfermedad mortal!!!

Hermanos, Marco Vinicio, Andrés Eduardo...mi amor con ustedes siempre y para siempre. Ya quiero verlos pronto, y no me atrevo a cambiar mi destino. ¡¡¡Los amooo y los necesito todos los días de la vida!!! ¡¡¡Espero que ambos, tengan la paz, que ya yo no tengo!!!

Para quienes tienen sus hermanos(as) vivos(as), díganle todos los días que los(as) aman. Ayúdenlos(as) en todo lo que puedan sin que importe nada más. Busquen tiempo y espacio para compartir con ellos(as), para hacerles saber el amor que les tienen y el respeto. Cuiden de ellos(as), protéjanlos(as) siempre, conciéntanlos a más no poder. Sea uno, dos, tres o más, en uno sólo, en pensamiento y acción. ¡¡¡Es mi mejor consejo!!!

Y a tí mi Señor Todo Poderoso, a tí mi Cristo Jesús, a tí María de Nazareth, Madre Santa, pido por las almas de mis dos hermanos y de todos los difuntos...y para mí, que nunca pido nada...ahora les pido fuerza, fortaleza, para vivir sin paz, hasta el resto de mis días. Amén.

viernes, 2 de octubre de 2015

¡Pena de Muerte...o Capital!


¡¡¡Sí, absolutamente sí, estoy de acuerdo con la pena de muerte o pena capital!!! ¡¡¡Quizás, es que estoy harto de la inseguridad y la delincuencia en mi país!!! Y no me vengan con el cuento del respeto a los derechos humanos. Bien dice el proverbio popular: ¡No hagas, lo que no te gusta que te hagan! Siendo así, las personas que se revuelcan en sus bajas pasiones y cometen fechorías, atentando contra la vida, la integridad y seguridad de otras personas, no tiene derecho a sus derechos humanos. Primero, deben respetar, para que se les respete.

Puedo entender, el dolor de una madre, de un padre, cualquier otro familiar o amigo, que tiene un deudo privado de libertad, pero ese estatus que le confiere a esas personas dentro de un centro penitenciario, no es más que la consecuencia de sus malas acciones. ¿Responsables? La sociedad, los gobernantes, las familias, los antivalores, la falta de familia y de hogar, como génesis de todo lo negativo e inhumano.

Sin embargo, cuando abordo el tema, las personas que escuchan mis argumentos, dicen que lo intrincado del asunto, es que paguen justos por pecadores...y es cierto. No voy a atreverme a dudarlo. Pero para eso están los órganos de seguridad del estado venezolano (en el caso que compete), aunque tampoco voy a dudar que, allí también, entre "los uniformados", se encuentran quienes hacen apología al delito.

Yo recuerdo mucho a mi bisabuelo paterno, Jesús Plaza. Un señor alto, delgado, blanco, perfilado, con los ojos azules y el cabello canoso, con un tono de voz, gruesa, pero que hablaba en voz baja, que caminaba lento y encorvado, por efectos de la edad. Él siempre me decía:

¡Hijo, en tiempos de Marcos Pérez Jiménez, a las personas que encontraban cometiendo fechorías, les daban un tiro en una pierna, si volvían a delinquir, les daban otro tiro en la otra pierna, y hasta los mataban, pero no había tanta delincuencia; y a los presos, los ponían a trabajar! Y así, fueron muchas las historias, cuentos y anécdotas que mi bisabuelo me contaba, mientras pasaba unos días de vacaciones junto a él, y mi abuela materna en Caracas, en la Avenida "Santa Isabel" de Prado de María, a dos cuadras de la Avenida Principal del Cementerio; zona que por cierto me trae tantos recuerdos alegres y tristes, y que me conozco de cabo a rabo.

Pues bien, será que a partir del relato de mi bisabuelo Jesús Plaza, puede uno pensar que hace falta un nuevo "Marcos Pérez Jiménez" en Venezuela? Será? Bueno, mientras pienso en los pro y contras, lo que si tengo claro es que lo que no sirve se bota, y por allí anda mucha carroña ambulante. Desecho humano que no merece respeto alguno, porque ¡No respetan! y ¡quien quiere que se le respete, debe respetar!

Muy de acuerdo con la pena de muerte...no tengo dudas...

He dicho...

jueves, 1 de octubre de 2015

¡Y dale con el bachaquerismo!


La problemática del "bachaquerismo" (termino que gramaticalmente no está registrado en la Real Academia de la Lengua Española y por tanto no es oficial, pero se le acuña al caso venezolano), no se va a resolver ni con pañitos rojos, ni con pañitos de agua tibia. ¡No, señoras y señores!

Tristemente, se trata de una de las tantas variables intervinientes en el contexto de las temáticas de la economía social; y ya, a los bachaqueros y bachaqueras no los detiene nadie, a menos que desde el Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Moral, se pongan los pantalones y dictaminen una Ley que norme sobre la materia, pero privando a las personas de esa práctica que se ha hecho tan habitual en nuestros días.

Sé que las personas "con vista de sapo", le atribuirán la práctica del bachaquerismo a Chávez, Maduro, Cabello y afines, quizás por las inadecuadas políticas económicas -el estatismo- o tal vez, para descargar el odio contra el sistema de gobierno que actualmente está instaurado en el mapa venezolano.

Pero las personas "con vista de águila", se darán cuenta que se trata de un problema estructural, que data desde hace muchos años (no precisaré desde cuando, para no culpabilizar a ningún presidente de Venezuela, desde Simón Bolívar hasta Nicolás Maduro).

Para mí, no es más que un problema derivado de los antivalores, por la falta de ética, de moral, por la burocracia, la corrupción y la avaricia, más las ansias de riquezas (y muchos cánceres generados por la miseria humana) de muchísimas personas; aunque insisto, casi que con vehemencia, pues que no faltara quien diga que ¡es culpa de CAP! o que ¡es culpa de Chávez"...o similares.

No obstante, para mí es un asunto de hogar y padres, representantes o responsables, de escuelas, liceos, universidades y docentes, de país, de sociedad y ciudadanos. Desafortunadamente, el epicentro de la problemática es la "familia" o mejor dicho "la disfuncionabilidad de las famiias" ocupadas en prácticas materiales y distantes de las espirituales, éticas y morales.

¡¡¡Y víctimas, somos todos!!!

He dicho...