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miércoles, 9 de marzo de 2011

¡Profesores...benditos profesores!


A continuación voy a traer a colación, un tema, que estoy seguro será objeto de la atención de todos y todas ustedes. Se trata de los profesores que cumplen con su rol como tutores o asesores de los Trabajos Especiales de Grado que se solicitan previo a la culminación de ciertas y determinadas carreras universitarias, ya sean estas, cortas o largas. Advertencia: lo aquí planteado se sujeta al caso de la República Bolivariana de Venezuela, y desconozco, cómo ocurre en otros países del mundo.

Resulta que para poder obtener un título universitario, en algunas casas de estudios superiores en la nación venezolana, se le solicita a los estudiantes, que formulen y ejecuten un trabajo especial de grado, cabe destacar, que se conoce con las siglas TEG. Pero sucede, que en la mayoría de los casos, se presentan situaciones y circunstancias que dejan mucho que desear en la concreción del trabajo especial de grado.

En primer lugar, es necesario destacar que cada estudiante tiene su propia visión del mundo y todo cuanto lo compone, más sin embargo, sucede que los tutores o asesores irrumpen en la perspectiva del estudiante, y en la mayoría de los casos, llegan al extremo de sugerir e incluso imponer sus criterios como profesionales ya graduados y con años de experiencia, impidiendo de esta manera que el estudiante, tenga que cambiar la estructura de su pensamiento, plasmado en las páginas del trabajo especial de grado. ¡Esto es un crasso error!

El tutor o asesor, debe permitir, es más, está en la obligación de contribuir para que el estudiante, construya su propia forma de pensamiento, con base a sus propias vivencias y experiencias, por lo que se estima, que las consideraciones del tutor o asesor deben estar orientadas a sugerir, más no imponer; siendo decisión del estudiante, si asume las consideraciones y orientaciones del tutor o asesor.

El estudiante en ningún momento y bajo ninguna circunstancia, debe dejarse intimidar con el tutor o el asesor, porque al fin y al cabo, el trabajo es de su autoría y no de los tutores o asesores. Definitivamente, los tutores y asesores deben entender que están DEMÁS, en la formulación y elaboración de un trabajo especial de grado, teniendo siempre presente que el mismo debe ser concebido bajo la visión o perspectiva del estudiante, quien es el más indicado para decidir como hacer su TEG.

El tutor o asesor, debe entender a plenitud, que su visión del mundo es su visión del mundo, y que no es la del estudiante bajo su tutoría o asesoría; ¿quién dijo que dos personas piensan igual sobre un mismo tema, caso, problema o fenómeno? Puede ser que dos o más personas converjan sobre algo en particular, pero jamás de los jamases, el tutor o asesor debe imponer su criterio sobre el estudiante. ¡Eso no es correcto!

Aún más allá de esta problemática, deberían eliminar los Trabajos Especiales de Grado de las casas de estudios superiores, y buscar otra alternativa para que los estudiantes puedan manifestarse de manera autónomo, a través de una acción, un acto o un hecho PERSONALÍSIMO. Sin embargo, mientras tanto, ojalá que este escrito, sirva como una reflexión; dejando claro por supuesto, que en donde si debe inmiscuirse el tutor o asesor, es por ejemplo si alguien dice que 2 más 2 es 6 porque no es cierto; pero considerando que el estudiante puede llegar a concluir que 2 más 2 son cuatro o que 3 más 1 son cuatro o que 1 más 1 más 1 más 1 más, es cuatro.

¡A buen entendedor...pocas palabras bastan!

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