¡¡¡Andrés...Hermano del Alma!!!

En tu memoria, hermano Andrés..!

Creía que no era necesario hablar de tí, hermano, a través de mi blog, pero al recordar que, tú eras uno de los asiduos lectores del mismo, no puedo más que rendirte un homenaje a través de éste artículo, que he escrito para tí, para recordarte o mejor dicho, seguir recordándote con el día a día.

Quién iba a pensar, que estarías a nuestro lado, por tan sólo 28 años, y que te ibas a ir, de la manera que lo hiciste, dejándonos con un dolor profundo y un vacío inmensurable. Quién se iba a imaginar que tú, hermano mío, carne de mi carne, sangre de mi sangre, ibas a reaccionar de la manera que lo hiciste.

Pero, por la manera como sucedieron las cosas, me doy cuenta que fue tu voluntad, la que se impuso incluso, a la voluntad del creador, y lo digo así, porque no creo que Dios Padre, quiera un final para alguno de sus hijos, como el que tú mismo hermano, planificaste para tí, sin detenerte a pensar en las personas que te rodeaban y dependían de tí.

Con el transcurrir del tiempo (ya han pasado 6 meses), lo que he hecho es pensar y pensar en lo sucedido. No hay segundo de mi vida, que no piense en lo que fue aquel viernes tan cruel, aquel 28 de noviembre de 2014, que no olvidaré jamás, pero que todo el resto de mi vida, lo consideraré un día indeseado.

Hubiera dado mi propia vida, para evitar lo ocurrido, y tú desde donde ahora estás, así lo sabes; sólo me separé de tí para ayudara a otras personas, pero no pensé que aprovecharías ese momento para quedarte sólo, y ponerle punto y final a tu vida. Recordar esos últimos momentos a tu lado, me duelen en demasía.

Pero el dolor hermano, ese dolor que me produce tu ausencia, no verte, no escucharte, no sentirte, se ha convertido en una fuerza superior que me conlleva a seguir viviendo, por ese pedacito de tí, que nos dejaste, y sabes bien, que me refiero a tu cachorrita, a tu Gabita, a mi Toti...la que nos da paz, en la casa.

¡¡¡Hermano del alma, hermano de mi alma...Andrés!!! Ciertamente es muy difícil vivir sin tenerte a nuestro lado, como siempre fuiste, buen hijo, hermano, tío, buen padre, buen amigo; y a mí, en lo particular, no me alcanzará ni el tiempo ni la vida, para obtener las respuestas, a las preguntas que tanto me hago.

¡¡¡Que Dios te bendiga, hermano mío, y te tenga en un lugar lleno de paz y armonía. Algún día nos volveremos a ver, yo lo creo, yo lo quiero, y sé que será así, pero sólo cuando ese mismo Dios, al que le pido por tí, lo decida. Antes no...¡¡¡Eso espero!!!

Nota: Aunque en la segunda fotografía aparece sobre la bicicleta con publicidad del ex presidente Chávez, mi hermano no era chavista (oficialista).