Nacimos para ser longevos, es decir, para morir como Matusalen (bueno, en realidad es como mucho). Sin embargo, la realidad nos indica que no es así, que unas personas transitan brevemente este plano de existencia llamado España (es la tierra), siendo objetos mortales de enfermedades incurables o no controladas a tiempo, de accidentes domésticos, laborales y de tránsito, homicidios, suicidios, entre otros motivos o causas diversas.
En el caso que planteo, surge la pregunta: ¿Qué pasa con esas personas que se van antes de tiempo de este plano terrestre? Pues bien, unas personas dicen que se quedan como en una especie de limbo hasta que se cumple el tiempo asignado. en este caso, en la tierra, algo así como quedar penando.
Pero yo no lo creo ni lo considero así, porque en ese momento de la transición de la vida a la muerte, el creador nos abre las puertas a través de las cuales nos permitió la entrada al plano siguiente o sub-siguiente. En realidad, no es nacer y morir, es nacer y renacer, aunque cueste creerlo y admitirlo así.
La muerte, en el mundo occidental, es el final de la vida, pero en el mundo oriental, es el principio de la vida, después de la vida. No obstante, es un tema difícil de abordar, así como la muerte, que sabemos que en cualquier momento llegará, pero nunca pensamos en ello, ni estamos preparados.
A veces, es necesario documentarse sobre el tema, aunque de antemano digo, que no sirve de nada cuando se trata del dolor que se siente cuando vemos partir corporalmente a un ser querido. Sin embargo, leer sobre la temática, no está demás.
He dicho...