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sábado, 11 de febrero de 2012
viernes, 10 de febrero de 2012
Damnificados: Enemigos de la Revolución
Definitivamente, "muchacho que nace barrigón, ni que lo fajen chiquito". Cada día más, me doy cuenta, que la máxima magistratura de la nación venezolana, la ejerce una persona que se deja llevar por las pasiones más bajas, y que poco a poco, ha ido demostrando que más grande es su ansía de poder, que su solidaridad con los pobres.
Con fecha reciente, el señor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ha vociferado en una de sus incontables y largas alocuciones presidenciales, que los damnificados (personas que han perdido sus casas por causas naturales o provocadas por la mano del hombre), son enemigos de la revolución, sólo porque procedieron a manifestar en una de las vías públicas de la inmensa Venezuela.
Creo que nadie, absolutamente nadie, esperaba oír lo que expresó el Presidente Hugo Chávez, en el contexto abordado, pero sin lugar a dudas, es sólo producto de su largo e incansable verbo, y de ese afán personal-presidencial, de mantener la simpatía entre sus "seguidores" y "seguidoras" (entre comillas, unos y otras), a fuerza de bozales de arepa, como políticas de gobierno complacientes, pero a la vez, erradas. Me parece que sin darse cuente, él mismo se pone la soga al cuello.
Señor Presidente, yo no se si usted se ha dado cuenta, que poco a poco, con sus políticas equivocadas, con esa revolución trasnochada y extemporánea, sólo le ha es dado vida a un gran mounstruo social: Las personas que durante muchos años excluidas, marginadas, ahora quieren ser resarcidas, sea de la manera que sea, pero por supuesto, de la manera más golilla posible. ¿Se ha puesto a pensar si no logra ayudarlos y complacerlos a todos y todas?
Parece mentira, que ahora usted le diga enemigos de la revolución a aquellos y aquellas, que le han demostrado su inconformidad con relación a la asignación de viviendas, a través de ese otro bozal de arepas, que es la Misión Gran Vivienda Venezuela. Usted mismo dijo, que le han manifestado un gran descontento, porque su gobierno les entrego unas propiedades inmobiliarias, sin los respectivos bienes muebles, es decir: cocina, nevera, muebles, entre otros.
¡Increíble, pero cierto!, ahora usted los califica como inconsciente, porque han manifestado su lado más oscuro y oportunista, pero ¿se ha puesto a pensar, señor Presidente, que si en la onda de la igualdad, le da una casa equipada a "Perico de los Palotes", también se la debe dar a "María la Paletera"?; ¿no cree que es lo más lógico?. Pero bueno, "ahí tiene jabón pa' que lave"...y si no va a lavar, por lo menos preste la batea, por favor.
¡Tenga cuidado señor Presidente! Recuerde que en la medida que usted comience a incumplir con sus seguidores, lo más probable, es que en paralelo, también comiencen a insurgir más y más "enemigos de la revolución", y se puede presentar una hecatombe social, y es capaz que el Caracazo se quede corto.
¡Piense señor Presidente...piense!
miércoles, 8 de febrero de 2012
¡Pasaporte al Cielo!
Éste es otro de los artículos que refleja parte de mi forma de pensar, ser, actuar, hablar y sentir, y es precisamente en esta ocasión, cuando traigo a la palestra pública, otro tema que por una parte, no me agrada abordarlo mucho por sus múltiples variantes dentro del contexto del pensamiento humano y universal, y por otra parte, porque puede generar mucha polémica.
Expresado lo anterior, entro de lleno en el tema que por ahora ocupa mi intención (a veces no me agrada la frase: "Por ahora"), tratándose específicamente de la religión o las religiones y la actitud/aptitud de las personas, ante las mismas.
Pues bien, lo primero que debo acotar, es que yo fuí bautizado bajo los parámetros de la iglesia católica, apostólica y romana, por iniciativa de mis padres (no tuve nada que ver en esa decisión), ya que con tan sólo un mes de nacido, no era mucho lo que podía hacer en aquel momento del pasado.
Actualmente, con la edad que tengo, no estoy en desacuerdo con la decisión de mis progenitores, pero obviamente, no califico dentro del prototipo de las personas congregadas dentro de la iglesia católica, apostólica y romana. (La verdad es que no entiendo porque lo de "Romana", si fue bajo el criterio de los romanos, que condenaron a Cristo Jesús).
Resulta, que yo creo en Dios Padre, como el máximo creador, y en su hijo amado Jesús, el nacido en Nazareth, al igual que creo en María de Nazareth, la elegida entre todas las mujeres, para ser la madre de Dios Hijo: Jesús. Cuando me entrego en oración (yo no rezo, yo oro), lo hago ante la magna presencia de Cristo Jesús, porque a través de él, puedo llegar al padre; y tengo mucha fe en María, la madre de Jesús...el Carpintero.
No obstante, yo no soy persona de acudir a iglesias, porque no creo en los sacerdotes (más si en el sacerdocio), ya que la mayoría de los sacerdotes de todas las iglesias, sobre todo los de mi pueblo, no me inspiran nada positivo...y válgame dios, que no puedo hacer muchas excepciones.
Ahora bien, yo pienso que para comunicarse con Dios, en sus Tres Divinas Personas, no hace falta ir a una iglesia; lo puedes hacer en cualquier parte que te encuentres. También puedes proceder similar con María Madre de Dios Hijo, y cualesquiera de los santos y santas, ángeles y arcángeles de devoción.
Estoy decididamente en contra de aquellos y aquellas que creen que siendo de "x" o "y" iglesia, redimen sus pecados en la tierra. ¡No señor! Nuestros pecados, serán perdonados por el Padre Eterno, ya sea en el plano terrestre o en otra dimensión espiritual, pero no nos libraremos de la expiación por nuestras culpas, aún hayamos sido perdonados por el Padre Celestial.
Tampoco estoy de acuerdo con la forma como se "comportan" los feligreses en ciertas y determinadas iglesias en la tierra; no me agradan los lujos, el monetarismo o peseterismo (por todo cobran, es decir, exigen dinero), tampoco las demostraciones de júbilo estridentes (gritos, cantos, música, entre otros), porque los siento contrarios al proceder del hijo prometido: Cristo Jesús.
Estoy absolutamente convencido que una religión no es y nunca será un pasaporte al cielo; y considero que a ese lugar, sólo llegaremos de acuerdo a las obras que ejecutemos en el plano terrestre. Una vez, una señora, muy amiga mía, me dijo: "La religión es el universo; y la iglesia es tu cuerpo"...eso fue suficiente para que se produjera en mí, un cambio de actitud/aptitud ante las múltiples iglesias que han surgido sobre la faz de la tierra.
Y con todo y todo, respeto las creencias religiosas de mis semejantes..!
lunes, 6 de febrero de 2012
¡Yo te Regalo!
Amigo venezolano, amigo extranjero residente en el país…yo te regalo una patria grande, con diversidad de paisajes materializados en forma de llanos, playas y montañas, amén de todos aquellos sitios o lugares que sólo son posible en esta inigualable Venezuela; beneficiada en recursos naturales como el petróleo, el hierro, el oro, el aluminio, la bauxita, el Salto Ángel, el Auyantepui, la Cueva del Guácharo, los Morros de San Juan, el Parque Henry Pittier, el Pico Bolívar, entre otros; y privilegiada en recursos humanos identificados con la tierra madre y con la gente que estudia y trabaja por y para mejor.
Yo te regalo ese inmenso cielo que nos cubre con su azul, donde el sol en el día, ilumina el vuelo del turpial o turupial, y en las noches, con la luna y las estrellas, se viste de gala, para deleitar nuestro sentido de la vista. Te regalo ese profundo mar, donde los peces conviven con otras especies marinas en profundidades exploradas e inexploradas por el hombre.
Yo te regalo, un árbol grande, de frondosas ramas y vistosas hojas, para que te brinde la sombra que apacigüe tu calor…te regalo pues, el siempre amarillo Araguaney. Te regalo una flor hermosa, de múltiples y aterciopelados colores, como la Orquidea, para que la coloques sobre la cabellera de una Doña Bárbara que cabalga libre y soberana sobre llanuras y sabanas.
Yo te regalo una Caracas de antaño con los techos rojos, con un hijo maravilloso e imponente como el Cerro El Ávila que juega con su travieso teleférico. Yo te regalo cada barriada, caserío, pueblo o ciudad, con todos sus parques nacionales para hacer turismo y monumentos históricos que permitan rememorar la historia acaecida en tierras venezolanas.
Yo te regalo un arpa, un cuatro y unas maracas, con los cuales puedas interpretar un joropo para festejar todo lo bueno, todo lo grande, todo lo hermoso que ha existido y ocurrido, existe y ocurre, existirá y ocurrirá sobre los cuatro puntos cardinales que indican el rumbo sobre los cuatro costados de esta nación suramericana.
Yo te regalo un liqui-liqui, con sombrero pelo ‘e guama, y una blusa blanca con falda floriá, para que adornes el cuerpo de hombres y mujeres nacidos o adoptados en Venezuela. Yo te regalo tres canciones arraigadas en la identidad de los venezolanos; yo te regalo un “himno nacional” y un “alma llanera” que evoque esta inigualable “Venezuela”.
Yo te regalo un pabellón criollo, con caraota, ñepa, y carne mechá, una arepa reina “pepiá”, un vaso de chicha de arroz, andina, carato y cebada, majarete, bienmesabe, arroz con leche o con coco, entre otras delicias de la gastronomía nacional. Yo te regalo un escudo de armas, y un pabellón tricolor para que lo coloques en un sitio visible en tu casa o tu trabajo, para que cada vez que los veas, recuerdes tu compromiso con la porción de tierra que te vio nacer.
Sobretodo, yo te regalo un país libre, independiente, soberano, democrático, amante de la paz y la prosperidad; yo te regalo un país de venezolanos y para los venezolanos, y al mismo tiempo para los extranjeros que conviven a tu lado en esta tierra de niños, niñas y adolescentes dispuestos a formar la generación del futuro; y de hombres y mujeres que como la generación del presente, lucha con la misma intensidad de las generaciones del pasado, generaciones entre las cuales, existió una que gestó nuestra libertad.
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