No quiero ser una "piedrita en el zapato", por este escrito que hago, quizás, un poco sorprendido, por lo que veo y lo que sé. Pero voy a referirme a un tema que tiene innumerables actores, o mejor dicho, actrices a todo lo largo y ancho de la geografía mundial, porque no es un problema de un país en particular, ni un hecho aislado, sino una realidad, una verdad globalizada.
Se trata nada más y nada menos de las pre adolescentes y adolescentes, que sucumben ante los placeres sexuales antes de tiempo, de manera precoz (antes de los 18 y 21 años de edad, dependiendo del país que se trate). Pues sí, abundan las niñas bonitas que por voluntad se avocan en la comercialización de sus cuerpos, ofreciendo su virginidad o su sexo (de no ser primera vez), al mejor postor o lo que es peor, a cualquiera.
La situación es peor, cuando la comercialización del cuerpo de las niñas bonitas no es a voluntad, sino que obedece a casos de trata de blancas (por utilizar un término viejo, pero muy conocido), donde terceras personas hacen de las suyas con la integridad física y hasta mental de las personas afectadas, con consecuencias que a la larga van empeorando a nivel biológico, psicológico y social.
Sin embargo, los gobiernos de estado y las autoridades competentes en la materia, siempre actúan conforme a la necesidad de aplicar medidas paliativas a través de programas, proyectos, planes y actividades encaminadas a fomentar valores, y a concienciar en pro de una educación sexual adecuada, de una sexualidad sana, en donde no sea permisible el comercio sexual (propio en las personas que se dedican al sexoservicio).
En el hogar, los padres, representantes y responsables tienen la gran tarea de transmitir a sus hijos e hijas, valores generales, que les permitan a éstos y éstas vivir bajo en un contexto ético y moral, con buenas costumbres humanas y ciudadanas, donde predomine la comunicación, el respeto, el afecto y la solidaridad, entre otros valores humanos fundamentales.
En las instituciones educativas, los docentes y todo el personal educativo, tiene la ardua misión de transmitir conocimientos fundamentados también en los valores, la ética, la moral y las buenas costumbres; y de igual forma deben proceder en el resto de las organizaciones sociales o de cualquier otra naturaleza.