Definitivamente, muchas personas, muchas veces demuestran que entre los animales, son los más capacitados con la facultad del raciocinio, pero al mismo tiempo, los más despiadados e inmisericordes al momento de hacer alusión a cualquier hecho o circunstancia de la vida, que sea adverso a lo bueno, a lo positivo, a lo hermoso; y esto lo expreso, bastante apesumbrado por la guerra psicológica por demás del dominio público (sobre todo en las redes sociales: Facebook, Twitter, entre otras), que se ha desatado desde hace unos días para acá, o mejor dicho, que se ha acentuado a partir de algunos sucesos reales, que de una u otra forma, han sido colocados en la palestra pública tanto en Venezuela, como en otros países del mundo.

El otro caso, quedó representado por el niño de 8 años de la ciudad de Guanare (Estado Portuguesa), que fue cruelmente lastimado, ultrajado y condenado a morir en manos de cinco personas sin corazones y sin almas. Pues bien, por las mismas redes sociales, previamente mencionadas, circuló una de las fotos del pequeño infante que fue expuesto y sometido a una cadena de maltratos inhumanos, y por demás censurables y condenatorios, que además, generaron una ola de actos violentos, por parte de persona que repudiaron el hecho.
La verdad, es que no puedo entender, como una gran cantidad de personas (quizás miles o millones), se ocuparon (y aún se ocupan) de masificar la circulación de las fotos de ambas personas (ausentes físicamente), que inicialmente, fueron subidas a las redes sociales ya mencionadas, sin tener un ápice de consideración y respeto, para con las víctimas, sus familiares, compañeros y amigos. Creo, sin temor a equivocarme, que dichos procederes, no tienen justificación hoy, ni mañana ni nunca. Es bueno recordar, que no deberíamos hacer, lo que no nos gusta que nos hagan, y no olvidar jamás, que independientemente de su raza, sexo, edad, credo, preferencia sexual, condición social y preferencia política partidista, toda persona merece RESPETO..!
Permita la divina providencia, que situaciones tan irregulares, como las aquí expuestas, conviden a la discusión sana y reflexión crítica sobre el respeto a la condición humana, tanto en situaciones positivas-agradables como negativas-desagradables...Y mientras tanto, bueno, humildemente mi llamado es a decirle NO al MORBO..!