Amigo venezolano, amigo extranjero residente en el país…yo te regalo una patria grande, con diversidad de paisajes materializados en forma de llanos, playas y montañas, amén de todos aquellos sitios o lugares que sólo son posible en esta inigualable Venezuela; beneficiada en recursos naturales como el petróleo, el hierro, el oro, el aluminio, la bauxita, el Salto Ángel, el Auyantepui, la Cueva del Guácharo, los Morros de San Juan, el Parque Henry Pittier, el Pico Bolívar, entre otros; y privilegiada en recursos humanos identificados con la tierra madre y con la gente que estudia y trabaja por y para mejor.
Yo te regalo ese inmenso cielo que nos cubre con su azul, donde el sol en el día, ilumina el vuelo del turpial o turupial, y en las noches, con la luna y las estrellas, se viste de gala, para deleitar nuestro sentido de la vista. Te regalo ese profundo mar, donde los peces conviven con otras especies marinas en profundidades exploradas e inexploradas por el hombre.
Yo te regalo, un árbol grande, de frondosas ramas y vistosas hojas, para que te brinde la sombra que apacigüe tu calor…te regalo pues, el siempre amarillo Araguaney. Te regalo una flor hermosa, de múltiples y aterciopelados colores, como la Orquidea, para que la coloques sobre la cabellera de una Doña Bárbara que cabalga libre y soberana sobre llanuras y sabanas.
Yo te regalo una Caracas de antaño con los techos rojos, con un hijo maravilloso e imponente como el Cerro El Ávila que juega con su travieso teleférico. Yo te regalo cada barriada, caserío, pueblo o ciudad, con todos sus parques nacionales para hacer turismo y monumentos históricos que permitan rememorar la historia acaecida en tierras venezolanas.
Yo te regalo un arpa, un cuatro y unas maracas, con los cuales puedas interpretar un joropo para festejar todo lo bueno, todo lo grande, todo lo hermoso que ha existido y ocurrido, existe y ocurre, existirá y ocurrirá sobre los cuatro puntos cardinales que indican el rumbo sobre los cuatro costados de esta nación suramericana.
Yo te regalo un liqui-liqui, con sombrero pelo ‘e guama, y una blusa blanca con falda floriá, para que adornes el cuerpo de hombres y mujeres nacidos o adoptados en Venezuela. Yo te regalo tres canciones arraigadas en la identidad de los venezolanos; yo te regalo un “himno nacional” y un “alma llanera” que evoque esta inigualable “Venezuela”.
Yo te regalo un pabellón criollo, con caraota, ñepa, y carne mechá, una arepa reina “pepiá”, un vaso de chicha de arroz, andina, carato y cebada, majarete, bienmesabe, arroz con leche o con coco, entre otras delicias de la gastronomía nacional. Yo te regalo un escudo de armas, y un pabellón tricolor para que lo coloques en un sitio visible en tu casa o tu trabajo, para que cada vez que los veas, recuerdes tu compromiso con la porción de tierra que te vio nacer.
Sobretodo, yo te regalo un país libre, independiente, soberano, democrático, amante de la paz y la prosperidad; yo te regalo un país de venezolanos y para los venezolanos, y al mismo tiempo para los extranjeros que conviven a tu lado en esta tierra de niños, niñas y adolescentes dispuestos a formar la generación del futuro; y de hombres y mujeres que como la generación del presente, lucha con la misma intensidad de las generaciones del pasado, generaciones entre las cuales, existió una que gestó nuestra libertad.