Desde mi perspectiva, ningún docente, de ningún nivel educativo (y obviando el inicial), puede llegar el primer día de clases o cualquier otro, diciéndole a los estudiantes al entrar al aula: ¡Que a él o ella, no le pasa la materia nadie! ¿Qué es eso vale? Obviamente, si los estudiantes estudian pasan su materia porque sí, y no hay nadie que lo pueda impedir. Los estudiantes tienen derechos y pueden hacer que valgan de aquí a Tucusiapón. Ningún docente es dueño del conocimiento. El conocimiento no es propiedad de estos(as). Así que, es un error garrafal, el de aquellos y aquellos que proceden de manera tan poco ética.
El deber ser de un docente, desde mi concepción pedagógica, sin ser bachiller de la República Bolivariana de Venezuela, debería ser el siguiente:
1.- Aplicar el formalismo de cortesía: "Buen día, Buena tarde o Buena noche".
2.- Saludar: ¿Cómo están, estudiantes?
3.- Presentación Personal: "Yo soy Jesús Efrén Córdova".
4.- Ofrecer apoyo educativo: "A partir de hoy, pueden contar conmigo para hacer más ameno el proceso de aprendizaje, y quedo de ustedes a la orden, para aquello en lo que les pueda servir, manteniendo las normas de cortesía y respeto ciudadano". ¡Bienvenidos!
¡Pero no! Todo parece indicar que la cortesía y el respeto se fueron de vacaciones colectivas indefinidas o están de paro.
Amigos docentes, eviten que el título se les haga nubes en el cerebro. Conserven la humildad, y sobre todo, mantengan siempre presente la pedagogía.
He dicho...