La sociedad, siempre la sociedad, y en pocas palabras, los seres humanos, no todos, por supuesto, pero si un gran porcentaje de éstos, han sido, son y quizás serán por tiempo indefinido, estigmatizadores de la "homosexualidad", y desde esta perspectiva o punto de vista societario, que involucra a innumerables homofóbicos, quienes tienen y demuestran preferencias sexuales diferentes a lo que es y se considera la "heterosexualidad". Antes de proseguir con este tema, es absolutamente necesario definir las palabras: "Heterosexualidad" y "Homosexualidad".
Pues bien, de acuerdo a mi entender, la heterosexualidad es un atributo que se aplica a las personas de sexo masculino o femenino, en donse se prevee que a nivel sexual, se debe y puede mantener relaciones carnales con una persona de sexo diferente; es decir, que el hombre realiza el sexo con la mujer, y viceversa; mientras que en el caso de la homosexualidad, tanto el hombre como la mujer mantienen relaciones carnales con personas del mismo sexo, a saber, el hombre realiza el sexo con otro hombre y la mujer con otra mujer.
Caso aparte pero paralelo, lo constituye la "Bisexualidad", en donde el hombre o la mujer mantienen relaciones tanto con un hombre como con una mujer. Nótese que en materia de sexualidad, son estos apenas tres de los atributos a partir de los cuales, psico-sexualmente se pueden clasificar a los seres humanos, a las personas; y sucede que en el mundo animal, también son propios los casos de homosexualidad.
Dicho todo esto, para mí (porque siempre hablo en primera persona), el hecho de que una persona sea heteroxesual, homosexual, bisexual, o lo que le plazca en el contexto unisexual, no es motivo para que "los demás" se hagan prejuicios, juicios, comentarios, señalamientos y acusaciones hacia quienes demuestren cualesquiera de estas preferencias sexuales; y sí, dige preferencias sexuales, porque definitivamente de eso se trata.
Por medio de este escrito, yo me solidarizo con todos aquellos hombres y mujeres, que aceptando su homosexualidad, se enfrentan a una sociedad injusta, desequilibrada, desproporcionada, excluyente, marginalizadora, entre otros atributos descalificativos, ya que ellos y ellas, con valentía a prueba de fuego, día a día, hacen saber a la humanidad, que también son seres humanos y personas valiosas, que estudian, trabajan y se superan a nivel personal y profesional.
A los homosexuales, sin excepción, mi solidaridad y respeto sincero, y mi admiración por todas las cosas positivas y trascendentales que han logrado a través de los años, y por medio de vivencias y experiencias, que le han permitido ver al mundo, a los seres humanos, a las personas, la valía de la individualidad y la personalidad, más allá de cualquier frontera sexual.
Lastimosamente, también existen aquellos y aquellas que hacen de su sexualidad un mundo de pasiones bajas, lleno de contrariedades y peligros; y sin embargo hacie ellos van dirigidas mis palabras de apoyo psico-social y mi mejor deseo de que algún día puedan cambiar su forma de pensar y manera de ser.
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